Tubérculo articulado, en forma de mano, a los cuales
se les da el nombre de rizomas. Parte esencial de la planta, de un olor
fuerte aromático; sabor agrio, picante. Los rizomas son de color cenizo por
fuera y blanco amarillento por dentro. Las hojas son alargadas como las de maíz
cuando apenas brotan de la tierra y envuelven con su vaina el tallo. Las flores son
vistosas, están dispuestas en espigas cónicas y soportadas por escamas
empizarradas. Planta herbácea, perenne, rizomatosa, hasta de 1mt. de altura.
Rizoma grueso, carnoso, nudoso. Tallos simples. Hojas lanceoladas, oblongas,
dispuestas a lo largo del tallo en dos líneas paralelas. Flores sésiles,
amarillas y labios purpúreos, reunidas en una espiga densa al extremo del
tallo. Fruto seco y baldoso.
La parte que se utiliza es la
raíz (el rizoma), pelada y sin corcho, crece horizontalmente en el suelo y se ramifica en un solo plano, el tallo llega a medir
más de 1 metro de alto las espigas florales son coniformes y van previstas de
brácteas verdes.
El consumo de esta raíz, es de forma natural, deshidratada es
decir en polvo y confitada, se puede consumir a diario en forma de polvo, en
sopas, purés, leche, legumbres y dulces antes elaborados.
El jengibre es conocido por estimular los jugos gástricos, y proveer efectos de
alivio para la gripe y la tos.
El brebaje o té de jengibre
de la raíz fresca ha sido usado en china e India por siglos como un bajativo
para ayudar a la digestión. Las enzimas del jengibre catalizan rápidamente las proteínas digestivas en el estómago por lo que dejan poco tiempo para
la náusea. Ha sido reportado que el jengibre era efectivo en reducir la nausea
y vomito post-operativo. Alivia el dolor asociado a la
artritis reumática, osteoporosis, y pacientes con desordenes
musculares. El jengibre no solo puede aliviar
los síntomas de inflamación, también protege la creación de úlceras digestivas.
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